En el año 1999 mis padres fueron secuestrados en Colombia. Quizás es el evento mas doloroso que he vivido a día de hoy, sin embargo, es también el que mas cambios ha generado y del que mas he aprendido. Valorar cada momento con un ser querido ya que no sabes en que momento las circunstancias de la vida te impedirán disfrutar de momentos como ese nuevamente. Sin embargo, ahora quiero referirme al valor que esta experiencia ha dejado marcado para siempre en mí. El valor de la Libertad.
La libertad es un concepto que tiene tanto de amplio como de profundo, sin embargo de la definición que nos ofrece la RAE describiéndola como la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, quisiera destacar el hecho de ser natural, es decir, la tenemos todos de manera innata. Sin embargo, con el pasar de los años, producto de todo lo que nos vamos encontrando a lo largo de nuestra vida, nos vamos cohibiendo y poniéndole límites a nuestro actuar, y ya es bien sabido que aquello que no se usa se atrofia, por tanto, quién no hace uso de su libertad está en camino de perderla.
La libertad puede expresarse de variadas maneras, y ya desde la ética nos han dejado claro que no es lo mismo hablar de libertad que de libertinaje. En los años adolescentes cuando tanto reclamamos nuestro derecho a ser libres es cuando mas chocamos con los conceptos que de libertad tienen quienes nos rodean. Es cuando aprendemos que para ser libres requerimos de lineamientos y normas que delimiten nuestra decisión de actuar; hoy nos podemos desplazar libremente en las calles de la ciudad con nuestros vehículos gracias precisamente a que existen normas que nos regulan a todos, de otra manera imperaría el caos y no podríamos hacer uso de esa libertad.
Con el libro “El hombre en busca de sentido” de Viktor Frankl, aprendí que este concepto de libertad no puede estar mas allá de nosotros mismos, y que jamás nadie podrá cohibírnosla, ni siquiera el ejército Nazi en un campo de concentración o un grupo guerrillero que te arrastra hasta sus campamentos en las montañas como a mis papas. Entiendo que es difícil interiorizar este concepto cuando alguien se encuentra en estados como los descritos, he vivido de cerca esta experiencia y por eso me atrevo plantearlo; y es que al final no seremos los dueños de las circunstancias en las que nos encontremos, pero sí, y de esto no me queda ninguna duda, somos los dueños de la manera en la que reaccionamos ante esos eventos, y eso nos hace usuarios constantes de nuestra Libertad.
Preguntas para reflexionar…
¿Te sientes dueño de tus resultados?
¿Tienes claro tú concepto de libertad?
¿Sientes que estás actuando en función de tus decisiones, o de las decisiones de otros?